Archivo del Autor: torredeb

Beatriz Colomina: El espacio doméstico en la arquitectura americana.

La maestría en Arquitectura tiene el gusto de invitarlos a la Conferencia Internacional:

 

Fecha: Miércoles 21 de Marzo de 2012

Hora: 2:30

Lugar: Auditorio Virginia Gutiérrez, Edificio de Posgrados de Ciencias Humanas.

 

BEATRIZ COLOMINA

Arquitecta, historiadora, ha trabajado en las Universidades de Columbia y en la Universidad de Princeton en la escuela de Arquitectura, siendo luego directora de estudios de posgrado. Es fundadora y directora del Programa en los medios de comunicación y modernidad en la Universidad de Princeton, y ha sido nombrada desde 2003 Miembro de la Facultad.

Es autora de numerosos artículos y ha dictado numerosas conferencias en todo el mundo, incluyendo el Museo de Arte Moderno de Nueva York, el Instituto de Arquitectura de Japón, Tokio, el Centro de Arte Contemporáneo y Arquitectura de Estocolmo, y la Fundación Día Art de Nueva York.

Colomina ha sido miembro del consejo editorial de las publicaciones periódicas como de encaje, Dédalo, y Grey Room.También ha recibido numerosas subvenciones y becas, incluyendo el Instituto de Arquitectura de Chicago, la Fundación Le Corbusier, y el Centro de Estudios Avanzados de las Artes Visuales en Washington. Recently, Recientemente, Colomina recibió una beca de la Fundación Graham para su proyecto de investigación «X-Ray Arquitectura: La enfermedad como metáfora».

 

Comparte este artículo:

Arquitectura y el espectáculo*

Marzo 7 – 2012

Juhani Pallasmaa

La arquitectura ha siempre convertido en ficción la realidad y la cultura por medio de la conversión de los asentamientos humanos en imágenes y metáforas idealizadas de orden y vida, en narrativas de ficción arquitectónica. Históricamente, la arquitectura también ha negociado entre la dimensión cósmica y la humana, eternidad y presente, dioses y mortales. Y tiene un papel central en la creación y proyección de la imagen idealizada de cualquier  cultura.

 

 

 

 

Este objetivo de idealización es clara en la arquitectura griega y en la polis, así como en las estructuras arquitectónicas romanas y la organización de la ciudad romana. Un especial ámbito de la arquitectura idealizada incluye las utopías y los proyectos arquitectónicos ficticios que no se pretendían construir, como los de Giovanni Battista (1720-1778 ), los famosos dibujos de Piranesi, las Carceri d’lnvenzione,  los proyectos de los utopistas franceses de la época de la Revolución Francesa y las visiones de arquitectura de cristal de los arquitectos del Expresionismo alemán. Sin embargo, hoy en día, las poderosas técnicas de imagen e imaginería instantánea de arquitectura a menudo parecen crear un mundo de ficciones de arquitectura autónoma, las cuales descuidan totalmente el terreno fundamental de la existencia y los objetivos del arte de la construcción. Se trata de un mundo de arquitectura alienada, sin gravedad, materialidad, sensibilidad  y compasión. Las primigenias visiones de arquitectura reflejaban una forma viable de cultura y forma de vida, mientras que las visiones generadas por ordenador de hoy en día, en general parecen ser meros ejercicios gráficos sin sentido de la vida real. Los entornos  tematizados y los simulacros de la arquitectura ficticia de hoy en día, tales como los centros comerciales y plazas urbanas, ejemplifican esta pérdida de la sinceridad cultural y la inocencia. ¿Estamos hoy siendo manipulados por las imágenes de nuestra propia creación?

Sí lo somos, y las estáticas imágenes de arquitectura de nuestra época de exhibicionismo y narcisismo personal ocultan los problemas fundamentales de nuestra forma de vida y sus valores: empañan la visión de un futuro ético y con sentido biológico.

Guy Debord en La sociedad del espectáculo (1) nos explicó como estamos rápidamente convirtiéndonos en la sociedad de la vigilancia y manipulación. El control secreto de la conducta y la vida individual por medio de imágenes y dispositivos técnicos se extiende ya más allá del modo visual; el mercadeo multi-sensorial manipula experiencias, sentimientos y deseos a través de sonidos, sensaciones táctiles, sabores y olores. De hecho, hoy estamos colonizados a través de todos nuestros sentidos. Nociones tales como «marketing multisensorial”, “branding de los sentidos”, «Persuasión sensorial “Tocando el subconsciente sensorial”, “canalización de la mente-espacio», y la «híper-sensualidad del espacio comercial actual” se utilizan para describir estas nuevas estrategias sensoriales de un mercadeo científicamente informado. Esta expansión de la colonización sensorial se ejemplifica con el reciente intento de los fabricantes de motocicletas Harley-Davidson de patentar el característico sonido grueso y masculino de su motor».

Una forma peculiar de “colonización” arquitectónica se lleva a cabo a través de la acrítica aplicación de tecnologías, tales como la eficiente mecánica del aire acondicionado, que hace posible el construir con el mismo estilo universal en todas partes, sin importancia del clima local.

La arquitectura de firma de hoy busca ese mismo tipo de efecto de circuito cerrado e identificación de producto, e incluso existen ejemplos de ‘franquicias’ de arquitectura, proyectos comercializados por las oficinas globalizadas arquitectos «de firma» que aspiran a expresar una marca reconocible. Los grandes imperios de la historia de las civilizaciones siempre han marcado su territorio en una determinada arquitectura, y la arquitectura siempre ha promovido el poder. Hoy en día, la globalizada arquitectura-imagen reclama agresivamente el territorio globalizado de la economía de mercado, última fase del capitalismo mundial.

El consumismo y su herramienta principal, la publicidad, tienen consecuencias ideológicas. «La publicidad convierte el consumo en un sustituto de la democracia. La elección de lo que uno come (o lleva o conduce) toma el lugar de opción política significativa. La publicidad ayuda a enmascarar  y  compensar todo lo que no es democrático en la sociedad. Y también enmascara lo que está sucediendo en el resto del mundo», como alegó  John Berger hace más de tres décadas. Su argumentación sugiere que estamos viviendo en un mundo de realidades múltiples y que estamos expuestos a la fuerza a realidades de simulación engañosa. En el mundo actual de la información instantánea global y del capital líquido, se hace  más evidente que nunca que el velo de disfraz en permanente expansión y el condicionamiento mental, con frecuencia enmascaran la realidad de las verdaderas intenciones.

Se ha convertido en tarea desesperanzada del periodismo crítico y diversos movimientos ciudadanos, el tratar de desenmascarar la realidad fabricada que nos vemos obligados a vivir.

Tomado de: The Embodied Image: Imagination and Imagery in Architecture (Architectural Design Primers), 2011

Traducción libre de Guillermo Fischer

 1 La sociètè du spectacle, Guy Debord,  Champ Libre, 1967

Comparte este artículo:

Arquitectura VIVA 138 – MOSAICO COLOMBIA

Tomado de: REVISTA ESCALA

El que una edición de Arquitectura Viva, la prestigiosa revista Española, este dedicada de lleno a la Arquitectura Colombiana, es síntoma inequívoco de la importancia de las realizaciones arquitectónicas de los últimos años en Colombia  y de que las barreras editoriales de primeros mundos se han flexibilizado y las revistas abiertamente euro centristas han tenido que ceder, al menos un poco, a su pretensión de mirar el mundo solo con una lupa cuyo foco es Europa.

En el artículo introductorio de este número y desde una mirada externa, la transformación que ha vivido el país en los últimos años es vista con optimismo; de una época marcada por el narcoterrorismo  a un periodo reciente donde la acción coordinada de diferentes administraciones y el fortalecimiento de la conciencia ciudadana han permitido un progreso social y cultural.  Se destaca el papel de la arquitectura, entendida como una herramienta cívica de primer orden, en los proyectos desarrollados en Medellín por la alcaldía de Sergio Fajardo y en Bogotá por las alcaldías de Mockus, Garzón y Peñalosa.

Con un sincero panorama, de quien es amigo íntimo de estas latitudes, José Ramón Moreno analiza la herencia  de  la modernidad colombiana en la obra de Guillermo Bermúdez, Fernando Martínez Sanabria y Rogelio Salmona. Conocedor y testigo del desarrollo de la arquitectura Colombiana en por lo menos estos últimos 20 años, Moreno describe una arquitectura colombiana que por un lado respeta sin repetir la tradición moderna y que por el otro se aleja respetuosa de sus premisas.

En un segundo artículo, Silvia Arango analiza el panorama actual del país a partir de  tres regiones geográficas: la costa Atlántica, la zona antioqueña y la sabana de Bogotá, donde las últimas obras construidas, con enfoque social, se polarizan entre  tendencias formales internacionales o la influencia de elementos de la tradición vernácula. Este artículo de Arango, que hace un juicioso y cuidadoso listado de arquitectos y obras, atravesando varias generaciones, muestra sin duda una afinidad de la autora con proyectos donde el contexto es respetado, donde ¨materiales sencillos y populares¨ priman sobre materias primas mucho más elaboradas y costosas, donde la relación respetuosa con la naturaleza es premisa fundamental y donde las soluciones inteligentes priman sobre los artilugios tecnológicos. Interesante de leer resulta esta mirada de quien por más de 30 años ha sido conciencia de la Arquitectura Colombiana, respaldada por su amplio conocimiento del contexto latinoamericano.

Esta por último y antes de pasar a los proyectos, un artículo de Miguel Mesa cuyo desarrollo parece más bien una apología a la Obra de Plan b Arquitectos, antes que una mirada objetiva a las muy jóvenes generaciones que con tanto esfuerzo han empezado a ocupar un importante espectro de la profesión y de las realizaciones en el país. Si bien el artículo de Mesa, trata de estructurar un panorama ¨Under 40¨, en un artículo bien escrito, la falta de objetividad y la permanente e impúdica presencia de la firma Plan b, (firma conformada por sus Hermanos Felipe y Federico) distrae y distorsiona enormemente la conformación de este necesario panorama.

La selección de proyectos se concentra en la capital antioqueña, en tanto se presenta sólo un edificio universitario – obra de Daniel Bonilla- en la ciudad de Bogotá, frente a las infraestructuras deportivas proyectadas por  Mazzanti,  Plan b y  Paisajes Emergentes para Medellín. En espacio público, la propuesta de Ana Elvira Vélez y Lorenzo Castro para el Jardín Botánico y los Proyectos Urbanos Integrales PUI y Metrocable desarrollados desde la Alcaldía de Medellín, por los arquitectos Echeverri, Rodríguez y Montoya.

Como define Luis Fernández-Galiano, editor de la Revista Arquitectura Viva, la Colombia del café, las esmeraldas y las flores es hoy también la Colombia de la arquitectura, donde los proyectos municipales se han convertido en instrumento de regeneración cívica. Pero esta afirmación de Fernandez-Galiano, parece demagogia en la escogencia de los proyectos que representan a Colombia en esta edición. Sin duda nada más ¨internacional¨ que los todos magníficos proyectos de Medellín. Nada más apetitoso para una visión euro centrista, que los globales lenguajes de muchos de los proyectos que han trasformado a Medellín y la han posicionado, con todo merecimiento, en el panorama arquitectónico mundial.

En esta edición, primera y única dedicada a Colombia en 25 años de edición y en 138 ediciones de Arquitectura Viva, no está la arquitectura nacida necesariamente del café, las esmeraldas y las flores que románticamente evoca Galeano. Está sí, una mirada focalizada en Medellín de una Arquitectura que en sus búsquedas ha encontrado su razón de ser en ¨la vanguardia europea¨ cómo lo reconoce con regocijo él mismo y también sin duda en argumentos en donde la regeneración social dan al traste con argumentos que hablen de  Arquitectura, los que por momentos son mucho más deleznables.

En ese orden de ideas quizá es una falta de rigor hablar de Mosaico Colombia, para el título de esta edición, sin duda es un Mosaico Medellín, pues la edición solo en sus dos artículos primeros panea de forma integral al país.

REVISTA ESCALA

Comparte este artículo:

Oh, Todopoderoso Verde

 

Beatriz Ramo

STAR strategies+architecture

 

02-06 2011 / en curso

 

 

 

Cenotafio sustentable para Newton, L.E.Boullé

0. Introducción

En la actualidad, la sostenibilidad comparte muchas cualidades con Dios; concepto supremo, omnipotencia, omnipresencia y omnisciencia, creador y juez, protector, y (…)salvador del universo y la humanidad. Y como Dios, cuenta con millones de creyentes. Dado que los humanos somos relativamentes ingenuos y desconfiados al mismo tiempo, necesitamos de pruebas para que la creencia  devenga en convicción, Verde ha llegado para representar la sostenibilidad, se ha convertido en su encarnación en el mundo humano. Sin embargo, la sostenibilidad, como Dios, podría no tener una forma, ni color…

 

1. Emancipación

En un desesperado intento de dar forma a una ideología que todo lo abarca, el verde termina siendo la representación más sencilla y rápida de la sostenibilidad. El Verde es el único símbolo capaz de seguir el ritmo actual de la falta de paciencia y el hambre de imágenes, una Lady Gaga-Sostenibilidad: sensacionalista, eficaz, sensible, creativa. En este  esfuerzo persistente para convertirse en la alegoría de la Sostenibilidad, Verde se ha emancipado como su caricatura.

 

2. Función

Los edificios iconicos, simplemente necesitaban ser icónicos, los edificios verdes sólo tendrán que ser verdes. Verde como una función. Verde permite  a la sostenibilidad  ser comprada por m2, o para serle pintada, o para serle pegada. La sostenibilidad es un filtro de Photoshop en CS6: Ctrl + Verde.

 

3. Estilo

Modernismo, Postmodernismo, Deconstructivismo … Ahora hemos entrado definitivamente en el Sostenibilismo. A diferencia de los movimientos anteriores cada arquitecto puede ser un Sostenibilista: ya sea avant-garde, comercial, joven, reputado … Se puede incluso combinar con otros estilos: Eco-deconstructivismo … revistas de arquitectura y folletos comerciales han encuentrado un lenguaje común: el verde. Verde es también el punto en el que el arquitecto, el cliente, el promotor, el político, y el usuario concuerdan. Por primera vez tenemos un estilo internacional genuino.

-Edificios Verdes pueden ser los Patos o Cobertizos Decorados, y hay  casos interesantes de ser ambos al mismo al mismo tiempo: los Patos Decorados.

-El Verde tiene que ser añadido como el sexto principio a los cinco puntos de Le Corbusier, y como el cuarto pilar de la tríada de Vitruvio: Venustas, Utilitas, Firmitas y Sostenibilitas

-El producto construido (…) de la Sostenibilidad no es la arquitectura sostenible, sino lo Verde..

-El verde es lo que queda después de la sostenibilidad ha seguido su curso o, más precisamente,  … lo que se coagula mientras la Sostenibilidad esta ocurriendo: su secuela.  (tomado de El Espacio Basura por R. Koolhaas)

-El Verde es el nuevo Negro.

 

4. Religión

-Verde trabaja la fe. San Verde velará por los arquitectos sostenibles, y los guiará en la dirección Verde.

-Verde funciona como la confesión. Entre mas culpables nos sentimos, más verde lo intentaremos. El aspecto verde  suele ser inversamente proporcional a los logros de su sostenibilidad. Verde tiene la capacidad de reducir todo lo que importa a un solo problema, y una única solución: Verde.

-El verde es doblemente milagroso. Como si pretendiéramos curar el cáncer con aspirinas, el verde es la fórmula fenomenal que lo convierte todo lo que toca en sostenible. También puede ocultar los diseños sin gracia. Los edificios feos verdes son más fácilmente aceptados que los simplemente feos.

 

Eco- Villa Savoya, Poissy – Le Corbusier

5. Ambigüedad

Pero el verde también se esconde una dimensión perversa … Como en una película de David Lynch, todo parece estar en calma y armonía, pero hay algo inquietante … podrido … El Verde es la mentira común, el consenso secreto, el crimen perfecto, todo el mundo sabe que no puede ser tan bueno, que no puede ser tan fácil, pero ¿por qué molestarse? Se vende, y hay suficiente verde para todo el mundo.

 

Campo de concentración sustentable de Auschwitz I, 1940

 

Eco-Muro de Berln, 1989

Planta de energía nuclear ambiental, Dukovany

 

Eco-Panteón, Roma 126AD

 

Il Monumento Continuo e sostenibile, New York © Superstudio original, cortesía de Adolfo Natalini

Tomado de : STAR strategies+architecture

 

Traduccion libre de Guillermo Fischer

 

Idea y Concepto: Beatriz Ramo
Desarrollo y Producción de Imágenes: Beatriz Ramo, Francesca Rizzetto, Milou Wijsbeck y Babak Jabery
Proofreading: Maarten Doude van Troostwijk
Videos: Beatriz Ramo, Francesca Rizzetto

 

 

 

 

Comparte este artículo:

Casa de letras

Octubre 2, 2011

Por: William Ospina

 

Fundaron una casa para la creación literaria. Allí se reunían jóvenes de todas las edades, viejos de 17 como Rimbaud y adolescentes de 70 como Whitman, a ejercitar su alquimia. Habían sido escogidos para creer más en las palabras que en las cosas o para convertir, como Shakespeare y Byron, las palabras en cosas, en realidades duras y memorables. Sin saberlo eran discípulos de Buda, que hacía discursos con el fuego y fuego con el discurso, y lo que mejor entendían de Cristo era aquella sentencia sobrenatural: “El Cielo y la Tierra pasarán, pero mis palabras no pasarán”.

No comprendían bien el misterioso poder de las palabras, pero igual lo ejercían. Un día se propusieron la correcta traducción al español de la frase de Próspero en La Tempestad: “The dark bakward and abysm of Time”. Querían la traducción verdadera, aunque Borges había escrito que esa traducción era imposible, que el español no daba para expresar aquello. Un viejo traductor había dicho: “Las tinieblas del pasado y el abismo del Tiempo”; estaban de acuerdo en que esa versión era lánguida. Le faltaba diablura, cansancio, deslumbramiento: “La gravitación, la fatiga, la vasta y vaga acumulación del pasado”. Y empezaron a aventurar versiones: “El atrás abismal y tenebroso del Tiempo”, dijo uno, y todos paladearon sus palabras. Otro propuso: “El hondo atrás del Tiempo, de tiniebla y de abismo”. Otro arriesgó: “El Tiempo y su tiniebla de abismos anteriores”. Después vinieron versiones más rítmicas: “El atrás tenebroso del pozo de los tiempos”. Uno recordó el verso tremendo de Victor Hugo: “La Hidra-universo que retuerce su cuerpo empedrado de astros”, y propuso: “El Tiempo-abismo retrospectivo y negro”. Si una sola frase les resultaba inagotable, qué decir del oscuro abismo del lenguaje, del que brotan Ilíadas y Alejandrías, enciclopedias y bestiarios fantásticos.

Distribuyeron la casa en salones presididos por nombres mágicos. La sala Dante, para los amores infernales y celestiales; la sala Poe, que algunos decoraron con cuervos y esqueletos, para los horrores estimulantes; el amplio salón Chesterton, para los crímenes deleitables y los castigos terribles. Sabían que los únicos crímenes civilizados son los que inventa y explora el lenguaje: degüellos verbales, guerras en octavas reales, fieros endecasílabos: “Una mitología de puñales”, o reclamos feroces, o ironías perversas como “Mirad cómo llora rojo mi espada por la muerte de este buen rey”. Las transgresiones que autoriza la gramática: los pecados más sutiles, los robos más audaces, los asaltos más ingeniosos.

Una generación se volcó a resolver en lenguaje creador sus pasiones más sombrías, sus delirios más ociosos, sus miedos más recónditos, sus hostilidades más inconfesables. Nada tan saludable como echar a volar los demonios en la incandescencia del lenguaje.

Lo que habría estallado en horrores y pesadillas ahora florecía en relatos siniestros y crímenes eufónicos. Si veían a Otelo enloquecido estrangulando a la blanca Desdémona, en vez de intervenir o de informar a la policía, aplaudían rabiosamente, porque sabían que todo era un universo de palabras, un simulacro espléndido. Y por eso alguien escribió en la pared de la sala Chesterton las sabias palabras de San Agustín: “Lo mejor que tiene la palabra perro es que no muerde”.

Así dispusieron la sala Kafka, que no exploraba el crimen sino la angustia. Su propósito era buscar, como Kafka, formas novedosas de la desesperación. Que el tedio aprendiera a bostezar con ingenio, el miedo a desenrollarse en repentinas serpientes, el vacío existencial a agitarse en pesadillas saludables, la tiniebla en regiones horrendas, la quietud en vértigo y el hastío en asombro.

Y abrieron la galería Borges, para volver a leer todos los libros y para combinarlos sin fin; para poner a don Quijote a hablar con Gregorio Sampsa, a Cristo con Nietzsche, a Mahomet con Odín o con Krishna; para extraer la esencia de las bibliotecas, para detenerse con perplejidad de entomólogo en las metáforas más absurdas, para encontrar resonancias mitológicas en los más tenues letreros de las calles.

Y más allá estaba la sala Bradbury, con una cúpula corrediza y planetas enormes sobre ella; con hombres llevando su piedad y sus monstruos hasta las últimas galaxias. Y la terrible sala Philip K. Dick, para jugar con el tiempo, con la anticipación, con la identidad, y convertir la paranoia en espejo mágico, la esquizofrenia en prisma filosófico, la adicción en una llave para descifrar el tiempo cíclico.

Durante un día entero se les ocurrió abrir la sala Joyce, donde el lenguaje jugara a atrapar el universo en el libro, donde las palabras fueran relojes, ceremonias y laberintos; una sala para experimentar sin fin con el lenguaje, y no pintar la forma ni el color sino el sabor de la manzana, y no hacer sentir las formas de la nube sino su peso y sus piedras de hielo.

Ahora están pensando en una sala para hacer preguntas a los muertos, y aún no saben si llamarla Rulfo o Ulises. Pero si siguen así, no les alcanzará la casa, ni la manzana, ni el barrio, para explorar sus enciclopedias fantásticas, sus epopeyas apócrifas, sus centones de ceniza. Y ya se ven venir la sala fosforescente de Rimbaud, las alcobas oníricas de Coleridge, las islas sepultadas de Stevenson, los Clanes de la Luna Alfana.

 Publicado originalmente en El Espectador| Elespectador.com

Comparte este artículo: