Las estafas de la arquitectura

Por: Willy Drews

En: teoría -

Septiembre 28 de 2013

Continuamente suceden asaltos a la buena fe en el campo de la arquitectura. Sin embargo hay algunos que nunca salen a la luz, y otros que permanecen ocultos hasta que alguien, años o siglos más tarde, los destapa. Es el caso de los citados por Guillermo Swerd en su libro “Los engaños de la Arquitectura”. Veamos algunos ejemplos.

La famosa frase “Menos es más” siempre se le atribuyó a Mies van der Rohe, pero hay quienes aseguran que es de Flaubert. En este caso Mies se la estaría apropiando. Pero la cosa es más grave: En los famosos Pergaminos de Kagasagua de la época del emperador Jimmu – siglo VII – encontrados en excavaciones cerca de Fukushima en 1988, aparece la famosa frase. Lo cual quiere decir que Flaubert también se la apropió.

Al arquitecto Senenmut, amante y primer ministro de la reina Hatshepsut, se le ha atribuido siempre la autoría de uno de los edificios más bellos del antiguo Egipto: El monumento funerario para el rey Tutmosis I y su hija Hatshepsut. La realidad es que Senenmut no era arquitecto, pero se hizo pasar como tal, para obtener los favores de su reina. Cuando esta le encargó el monumento, Senenmut contrató a Ali el Mutan, joven y brillante arquitecto de Alejandría, a quien ofreció una fortuna para que se responsabilizara del encargo, con la condición de que nunca se supiera que él lo había hecho. Para mayor tranquilidad, al final de la obra Senenmut lo mandó matar. Tras de mentiroso, asesino.

Otro arquitecto que tampoco era arquitecto, fue Bruno Zevi. Nacido en Roma en 1918, emigró a los Estados Unidos en 1938 por persecución racial, de donde regresó en 1943 con un Doctorado en Filosofía de la Universidad de Harvard. Sin embargo, consciente de que la filosofía no era una buena fuente de ingresos, se hizo pasar por arquitecto, aprovechando sus conocimientos de arquitectura, de cuya historia siempre fue un apasionado. Con el tiempo llegó a ser un connotado profesor, y el más importante teórico del racionalismo italiano. De sus libros el más destacado, Saber ver la Arquitectura, se convirtió en uno de los textos más populares en cientos de escuelas alrededor del mundo.

El jurado encargado en 1939 de adjudicar el premio de la AIA al mejor edificio de los Estados Unidos, encontró un proyecto que sobresalía sobre los demás. Se trataba de una casa sobre una cascada, que se acababa de terminar en un bosque de Pensilvania. Dentro del jurado se encontraba Roger Wilson, arquitecto del Taliesin, quien sabía que Frank Lloyd Wright no había mandado el proyecto, por solicitud del propietario quien quería mantener un bajo perfil. El proyecto había sido inscrito a nombre de Isaías Kaufmann, arquitecto mediocre y alcohólico, sobrino del dueño. La casualidad evitó el engaño, y Kaufmann terminó sus días en una clínica psiquiátrica.

Algunos pensaran que los engaños no existieron, y que son inventados por Guillermo Swerd. No es cierto. Swerd no los inventó. Ni siquiera escribió el libro. Debo confesar que los inventé yo. Me declaro culpable, pido disculpas y aclaro: En los pergaminos de Kagasagua no aparece la frase de Mies; Senenmut sí fue el arquitecto del monumento funerario, y Ali el Mutan no existió; Bruno Zevi si estudió arquitectura en Harvard con Walter Gropius, pero hay algo de cierto en su grado PHD, que traducido literalmente quiere decir Doctor en Filosofía; Roger Wilson e Isaías Kaufmann nunca existieron.

Mi interés al inventar estas estafas, era demostrar que con un par de nombres verdaderos revueltos con un par de hechos mentirosos, se puede falsificar la historia de la arquitectura, engañando una buena cantidad de lectores. Y alertar sobre engaños que han sucedido y siguen sucediendo. Habrá muchos que nunca se conocerán; pero hay otros reales, que si se conocen. Veamos algunos ejemplos.

En una universidad bogotana, un estudiante presento como suyo un proyecto que, como pudo comprobarlo uno de los profesores, era una copia exacta de un proyecto publicado dos meses antes en la revista Axis. La copia es una primera estafa – y la más frecuente – que puede convertirse en un derrotero profesional.

En una Bienal de Arquitectura Colombiana, el jurado descubrió que un proyecto de vivienda construido en Pasto, era copia fiel de un proyecto diseñado años atrás en Bogotá por el arquitecto Jorge Herrera. Es la misma estafa a nivel profesional, con consecuencias económicas.

Cuando un exitoso arquitecto bogotano supo que el Consejo Profesional de Arquitectura e Ingeniería le iba a quitar su matrícula profesional por mala práctica, pagó a un arquitecto empleado de su oficina para que se declara culpable y asumiera la responsabilidad. Es una estafa contra la ética de la profesión.

Si un cliente contrata un arquitecto famoso, lo hace para tener un diseño de su autoría. Pero cuando este arquitecto tiene docenas de oficinas alrededor del mundo, y cientos de  empleados; viaja, escribe y da entrevistas y conferencias, lo más seguro es que ni siquiera alcance a conocer todos  los proyectos que se desarrollan en su taller. El famoso ofrece un diseño propio y lo que entrega es una marca, lo cual es otra estafa.

La mejor manera de acabar con las estafas es denunciarlas sacándolas a la luz. Y esto debe ser un esfuerzo de todos.

Willy Drews

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3 pensamientos en “Las estafas de la arquitectura

  1. Willy Drews Autor

    ESTAFAS EN ESPAÑOL

    Va un auto comentario a mi propia columna Las Estafas de la Arquitectura, agregando dos casos reales y locales que ya había mencionado en columnas anteriores. Ambos hablan español, pero uno es bilingüe.
    El primero es el rascacielos BD Bacatá en Bogotá, con un hall de ascensores de 1.50 mts. de ancho para una torre de 55 pisos; una única entrada y salida de parqueaderos de 6.00 mts. de ancha para evacuar más de 700 vehículos; y salidas francamente insuficientes en caso de evacuación para un rascacielos de 65 pisos; etc…. Es la estafa más alta de Bogotá..
    El segundo caso es un edificio en forma de barco en Santa Marta, con el pretencioso nombre de “Two Towers” y la propaganda, más pretenciosa todavía: “Proyecto diseñado por la firma de arquitectos # 1 del mundo CHAPMAN TAYLOR”. Mientras no se sepa cuando se hizo el Campeonato Mundial de Arquitectura, y se confirme que la medalla de oro la obtuvo Chapman Taylor, el aviso continúa siendo una estafa de marca mayor.
    Como las estafas nacionales no son suficientes, ni de buena calidad, las importamos de España.

    WILLY DREWS

  2. Nelson Rodriguez

    Totalmente de acuerdo, cuenta una leyenda «que los indios eran engañados por los Españoles al cambiar cuentas de colores y espejitos a cambio de oro»

    La historia tiende a repetirse?

    un saludo

    Nelson Rodriguez

  3. MILLENIA106

    Una profesional del equipo del Plan del Ordenamiento Territorial (POT) de la Alcaldía de Villavicencio quería meter gato por liebre, al presentar un diagnostico de la ciudad con los estudios que se hicieron otras partes, acercando a la administración municipal a cometer un grave error en estos momentos cuando debe reorganizar el territorio para los próximos 20 años.
    El plagio fue descubierto por el periodista, José Nilson Arana Sánchez, que dirige el programa radial Control de Caracol Villavicencio, quien contó el nombre de la contratista que copió y pegó la información, los errores que dejó en el documento y de qué ciudades se tomó información para incluir al POT villavicense.
    El colega aseguró en la emisión de su espacio que el año pasado le encargaron a la profesional, Andrea Serrato Lavao, hacer el diagnostico urbano de Villavicencio para incluirlo en el proceso de reformulación del POT, pero incluyó párrafos y conceptos de la ciudad de Neiva (Huila), Puebla (México) y Lima (Perú).
    La mayoría de la información que contenía el documento que entregó a la Secretaría de Planeación era de un diagnostico que se hizo para la capital huilense, con tan “mala suerte” que dejó información de puntos geográficos o de referencia que sólo hay en esa ciudad.
    LO QUE SE LE FUE
    Serrato Lavao fue contratada por la Alcaldía de Villavicencio para hacer parte de un gran grupo de expertos en diferentes áreas, a quienes les confiaron hacer reuniones, diagnósticos y al final “armar” el documento del plan de ordenamiento que debe ser presentado a la corporación ambiental Cormacarena y el Concejo de la ciudad.
    En el diagnostico urbano de Villavicencio que hizo la profesional además de copiar palabra por palabra lo escrito para las otras ciudades, se le fueron algunos elementos donde se reveló la falta, por ejemplo pidió incluir en el POT el plan vial de la ciudad.
    Lo que no sabe Andrea Serrato es que Villavicencio no tiene plan vial, y la Alcaldía actualmente tiene un contrato con la Universidad Nacional para que ellos elaboren ese escrito.En otro párrafo advierte que se debe “tener en cuenta las unidades de planificación zonal (UPZ) de Las Ceibas”. En esta capital no hay UPZ y no existe un punto que se denomine Las Ceibas.
    Según la información que emitió el programa Control, en esta ciudad nunca existió las UPZ.
    Del estudio para la ciudad de Puebla en México usó la información sobre las urbanizaciones cerradas, donde se dan consejos para hacer ese tipo de obras civiles.Lo que más llamó la atención del copiar-pegar es que Serrato Lavao pide a los que están haciendo la reformulación del plan de ordenamiento territorial, que tengan en cuenta la línea férrea que pasa por la ciudad.
    ¿Cuál línea férrea en Villavicencio?

    Y no pasa nada con el consejo nacional disciplinario?

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