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La bicicleta como medio de transporte urbano

Mayo 27 de 2013

El título de este artículo se refiere a uno de los por lo menos cuatro usos que se le pueden dar a la bicicleta, un record de hecho difícil de superar para un solo aparato y que paradójicamente es uno de los que más se habla pero menos se le da, por lo menos en Bogotá. Para la muestra, ojo a la frase con la que se inicia la página de presentación del sistema de cicloruras de la Secretaría de Movilidad: “Bogotá es un ícono[1] (sic) mundial por la promoción del uso de la bicicleta como modo de transporte alternativo”.  Nada, las postales que nos han enviado históricamente de la China, Holanda, Oxford y recientemente París entre otras decenas de ciudades del mundo desde hace décadas, no son reales, Bogotá es el “ícono mundial”.  Los otros  tres usos de la bicicleta son: la recreación, el deporte y como aparato terapéutico para oxigenar la sangre y fortalecer huesos y músculos principalmente.

Se dice que a los 121 kilómetros de ciclovía en Bogotá, salimos más de un millón de personas cada domingo y que cuando se hace  nocturna, la cifra se puede triplicar. Se afirma a la vez que los viajes regulares en las ciclorrutas bogotanas son cuatrocientos cincuenta mil, en los 350 kilómetros de ciclorruta de la ciudad, cifra que dicho sea de paso, sería conveniente verificar, teniendo en cuenta que con esta se trabaja desde hace más de diez años y son más las que he visto desaparecer por abandono, invasión de vendedores ambulantes o lo que es peor, decisión de la administración distrital, como es el caso de la ciclorruta de la Avenida del Dorado, que después de la construcción de la Troncal de Transmilenio, se vio recortada y fraccionada en varios de sus tramos, tal como le sucedió a la ciclovía dominguera de la misma avenida. Sin duda la que fuera más agradable y funcional de la ciudad. De todas maneras, si acaso se han pintado en la calzada vehicular (esta parece ser la política de la actual administración para el diseño de ciclorrutas) algunas nuevas vías ciclables, serán tan insignificantes que no aparecen en el mapa de ciclorrutas que tiene hoy la página web de la Secretaría de Movilidad, en éste, después de año y medio del cambio de alcalde, aún están los logos de la administración anterior, tampoco aparecen por supuesto, los recorridos suprimidos como el arriba mencionado, y, ni mucho menos los abandonados.

Aun cuando no conozco el sistema de medición ni tampoco logro imaginar cómo se hace el conteo de las personas que usan las ciclovías y las ciclorrutas, con optimismo quisiera creer en estas cifras pero confieso, me cuesta trabajo. En lo que tiene que ver con el uso de las ciclorrutas, haciendo una comparación con la cifra que se maneja para la ciclovía del domingo, de acuerdo con los datos del Distrito se estaría afirmando que por la ciclovía en un kilómetro (diez cuadras aproximadamente) pasan 1.644 personas por hora en las 5 horas que está abierta la ciclovía en cada kilómetro. Es alto pero es creíble, pues la ciclovía es tal vez una de las cosas que más queremos y más disfrutamos los bogotanos. Lo que sí queda más  difícil creer es que por la ciclorruta en la misma distancia veamos transitar 108 ciclistas por hora, calculando 12 horas de uso. Léase bien, en todos y cada uno de los 350 kilómetros de ciclorruta, estaríamos contando no menos de 108 personas cada hora. Con regularidad hago los 3 kmts que aproximadamente mide la ciclorruta de la carrara 13, una de las más transitadas?los debo hacer en 15 minutos, es decir que me encontraría en el camino con cerca de 80 ciclistas. Jamás. No pasan de 20 en todo el trayecto en hora pico, los conté varias veces para decir lo que aquí escribo.

Es triste, realmente triste ver que Colombia, el tal vez país del mundo de más grata recordación por los logros de nuestros ciclistas[2], con tantos problemas de movilidad y dificultades económicas de nuestros trabajadores, tan poco se utilice la bicicleta como medio de transporte.  En Bogotá, en donde un pasaje de bus cuesta en promedio $1.500.oo, un trabajador gasta no menos de $60.000.oo en sus 20 días laborales para desplazarse, es decir, cerca del 10% de sus ingresos totales mensuales, se hace urgente promover con seriedad y decisión el uso de la bicicleta como medio de transporte.  Lo tenemos todo, la cultura, las ciclorrutas que aun cuando descuidadas y subutilizadas, existen y por supuesto, las ganas de nuestra Secretaría de Movilidad de ser  un ícono mundial por la promoción del uso de la bicicleta como modo de transporte alternativo” Tenemos la marcada necesidad por múltiples razones. De descontaminación, de descongestión del tráfico y económicas principalmente. Con frecuencia leo en la prensa quejas del desordenado e incontrolable aumento de las motocicletas en nuestras vías, estoy seguro de que esto no pasaría si existieran opciones serias y reales de moverse en bicicleta. Lo que por supuesto disminuiría el número de accidentes. Se dice que montar en bicicleta puede ser peligroso, y tal vez lo sea en la medida en que haya más carros y más motos compartiendo la vía con los ciclistas, pero sí parafraseando a John Lennon, imagináramos una ciudad en donde solamente existieran medios masivos de transporte, agradables andenes para desplazarse a pie y cómodas vías para las ciclas, muy seguramente la accidentalidad sería mínima y sin duda con muy leves consecuencias.

Un medio de transporte saludable y lleno de estímulos, como el placer de vivir ese agradable sentimiento de libertad. Nada la dicha que siento mientras pedaleo y veo centenas de personas presas en sus carros y en los buses, mientras el tráfico está detenido.  Un medio de transporte que nos da la oportunidad de observar y participar de la vida de la ciudad.

 

Enrique Uribe

 



[1] DRAE icono o ícono.(Del fr. icône, este del ruso ikona, y este del gr. bizant. εἰκών, -όνος).1. m. Representación religiosa de pincel o relieve, usada en las iglesias cristianas orientales.2. m. Tabla pintada con técnica bizantina.3. m. Signo que mantiene una relación de semejanza con el objeto representado; p. ej., las señales de cruce, badén o curva en las carreteras. 4. m. Inform. Representación gráfica esquemática utilizada para identificar funciones o programas.

 

[2] Me acuerdo hace años de turismo en París, me senté con mi hermano en un café y al ver el mesero nuestras dificultades con el idioma, nos preguntó que de donde veníamos, le dijimos que de Colombia, el hombre con un agradable sentido del humor, dijo en francés que le alcanzamos a entender, mientras con la mirada buscaba por todas partes: “y, donde está la bicicleta? Donde dejaron la bicicleta?

 

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