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La mala Memoria

Enero 30-2011

Yo prefiero los proyectos amnésicos, pero una de las exigencias de los concursos arquitectónicos es presentar una “memoria”. Y como no existe un consenso sobre qué significa en estos casos la palabra “memoria”, cada participante presenta su versión.

Algunas son del modelo: “en el primer piso queda la secretaría, la oficina de radicación, el auditorio, etc…” que repiten en prosa los planos dibujados, en el supuesto de que los jurados son retrasados mentales.

Otras resumen los pensamientos que el arquitecto tiene atragantados y necesita expulsarlos aunque no tengan nada que ver con el concurso. Por ejemplo: “La responsabilidad del arquitecto es crear los espacios para las actividades del hombre. Debemos establecer entonces cuáles son estas actividades, pero antes debemos definir al hombre, etc. …”

Un tercer grupo, con el cual me identifico, supone que un proyecto bien presentado se explica solo, y la memoria debe complementar o aclarar solamente lo que los planos no pueden mostrar.

Hay también un grupo imposible de definir que trataré de mostrar, con base en apartes verídicos (lo juro) de memorias de un concurso que me correspondió juzgar:

– «Criterios Arquitectónicos: Descubrir la planta profunda y esculpir el espacio vacío»
– “Plazoleta del volver a ser”
– “Materiales: Uso austero aprovechando materiales intrínsecos, sin ornamentos…”
– «El edificio es una pieza urbana que se encaja con suavidad rotunda en el tejido del sector…»
– “Hacia un edificio simbólico jerárquico y potente. Un edificio fluido, elemento de convivencia,”
– “La expresión espacial del proyecto está referida a las propiedades de los cuerpos y los fluidos. Dando una identidad matérica a cada cuerpo, el usuario reconoce e identifica las actividades a través de la arquitectura.”
– “Fachadas sutiles convertidas en …polvo, en humo, en aire, en sombra….en nada.”

Yo invito humildemente a que alguien me explique, en un lenguaje elemental:

– ¿Qué es una planta profunda y cómo se descubre?
– ¿Qué se necesita para esculpir un espacio vacío?
– ¿En qué consiste una plazoleta de volver a ser?
– ¿Cuáles son los materiales intrínsecos?
– ¿Qué tan suave es una suavidad rotunda?
– ¿Cómo se sostiene un edificio fluido?
– ¿La identidad matérica es interesántica?
– ¿Una fachada en polvo es lavable?
– ¿Una fachada en nada es lo mismo que nada de fachada?

Termino esta categoría con la increíble explicación (memoria) que da el diario El Mundo de España, del proyecto del arquitecto Enric Ruiz-Geli para el nuevo restaurante El Bulli, del famoso Chef Ferrán Adrià. Según El Mundo, Ruiz-Geli “Para diseñarlo, ha partido, como ya hace Adrià en su cocina, de las partículas a través de un complicado sistema de escaneado que permite obtener un mapa de moléculas en movimiento del aire y los objetos del solar de Cala Montjoi en el que está el restaurante, a partir del cual ha diseñado las formas de los nuevos espacios”, explica “El Mundo”.

Yo no puedo creer que alguien pueda decir semejante chorrada (estupidez diríamos por acá) y quedarse serio. Pero como no estoy viendo la cara del Sr. Ruiz-Geli, y presumo que habrá algunos que le crean aunque no lo entiendan (a eso lo llaman fe) le otorgo el beneficio de la duda, y poniéndome a su altura, trataré de formular unas preguntas cuyas respuestas espero me iluminen el camino de la comprensión:

– ¿Cómo se escanea el aire en movimiento?
– ¿Qué moléculas se obtienen?
– ¿Cómo se dibuja un mapa de moléculas de aire en movimiento y objetos del solar?
– ¿Cuál es la forma de estos espacios aeroescanomolecularesobjetoformos resultantes de un mapa de moléculas de aire en movimiento y objetos del solar?
– ¿En esos espacios aeroescanomolecularesobjetoformos se pueden poner mesas y asientos, e inclusive almorzar?
– ¿Si el proceso es reversible, se puede obtener una molécula de DNA escaneando un restaurante?

Este esperpento es una muestra de la logorrea que por medio de sus publicaciones, un grupo de pararquitectos-parafilósofos-paracadémicos españoles está exportando a sus colonias del otro lado del mar. A mi modo de ver, se trata de una peligrosa pandemia que se extiende como el cólera entre arquitectos y estudiantes.

La pregunta concluyente es: ¿Por qué estos personajes utilizan este lenguaje? Yo tengo tres respuestas.

Primero, porque pretenden burlarse de media humanidad. Y lo están logrando.

Segundo, porque necesitan destacarse y como no pueden lograrlo con sus proyectos, lo intentan con su blablablá. Y también lo están logrando.

Tercero, porque saben que el lenguaje claro es transparente, y permite ver que más allá de las palabras, no hay ninguna idea.

Cuando nuestra famosa reina de belleza dijo que Confucio inventó la confusión, se equivocó. La inventó un arquitecto español.

Willy Drews

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Expresar una idea, con o sin plastilina

Enero 17 – 2011

Por petición de Guillermo Fischer, quien me dice que publicará una serie de comentarios previamente rechazados por él, compacto en un único texto los dos comentarios que hice sobre el texto Charlatanería. Reitero mi intención de propiciar una discusión sobre un tema tan importante como la escritura.

Willy Drews

DOS EN UNO

Reconozco que no entiendo una buena parte de los Aforismos de Felipe Mesa citados por Guillermo Fischer, pero lo atribuyo a mi formación arcaica y, como dice el ya citado Cantinflas, a mi “falta de ignorancia”.

Admiro la arquitectura de Felipe y respeto su pensamiento. Presumo perogrullescamente que si así escribe es porque así lo entiende y cree que lo entendemos. Una explicación en sus propias palabras, o de un lector desprevenido que lo haya entendido sería de gran utilidad para quienes, como yo, todavía necesitamos que nos expliquen muchas cosas con plastilina.

Si esto se logra, podríamos dejar de lado temporalmente el tema personal de los Aforismos y centrarnos en el tema general que considero real y académicamente trascendental: La manera adecuada de transmitir una idea.

Existen, creo, dos enfoques:

El primero es utilizar un lenguaje claro y preciso, buscando llegar al mayor número de lectores con diferentes niveles educativos y culturales, sin sacrificar el concepto. Intentarlo es de valientes y lograrlo es de sabios.

El segundo es hacer uso de cultos grafismos cuyo ordenamiento propone una aclaración holística conceptual, que descarta la simple génesis primigenia del producto intelectual del cerebro, para remplazarla por un metalenguaje encriptado donde la semántica de los signos utilizados supere la capacidad del intelecto medio.

A la gran minoría de las inquietas mentes de los pretendidos receptores del sofisticado mensaje, nos asalta la duda (por que a este nivel conceptual las dudas pueden alcanzar estados delictivos) de si la pretendida meta del pensante transmisor es profundizar en los recónditos fundamentos filosóficos del pensamiento planteado, o por contra se trata de succionar bucalmente el albo y nutritivo líquido de las glándulas mamarias del macho de un ave canora, reconocidamente de corto vuelo y definitivamente domestica. O sea, mamar gallo.

Sigo creyendo que este debate es importante en la medida en que se despersonalice y se utilicen los Aforismos de Mesa solamente como un pretexto para discutir el tema de fondo: ¿Cómo se debe escribir la arquitectura? ¿En qué términos? ¿Para quien se escribe? El lector, estudiante, profesional ó profano está entendiendo lo que estamos escribiendo?

No estoy de acuerdo con los términos utilizados por Fischer (charlatanería, culebrero) que pueden hacer pensar que se trata de un problema personal y desviar el interés de una discusión académica que por su importancia puede ser enriquecedora. Hay que evitar que se llegue a malinterpretar el planteamiento de un portal abierto que, lo ha dicho el mismo Fischer, no debe albergar ataques personales, insultos, opiniones anónimas, ni intereses particulares.

Invito, pues, a opinar sobre el tema propuesto: ¿Cómo transmitir una idea?

Willy Drews

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