Grandes pensadores empequeñecidos por El Tiempo

Por: Juan Luis Rodriguez

En: crítica -

Aludiendo a su reciente obligación autoimpuesta de corregir los errores publicados por El Tiempo en la columna Grandes Pensadores de la Ciudad, Willy Drews reclama haber optado “enfilar mis baterías de corto alcance a pecados veniales pero altamente nocivos como la incompetencia y la mediocridad”. Drews actúa por respeto a la profesión y a la memoria de los involucrados, pero mientras advierte y corrige, una y otra vez, El Tiempo ni responde ni corrige, una y otra vez; y para redondear, continúa malinformando, no se sabe si alevosa o chambonamente. Claro está que si consideran que Drews y los que se han pegado a la protesta están equivocados, o que los chambones somos otros, cuenten con nuestra rectificación.

Juan Luis Rodríguez

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10 de agosto, 2010

Dr. Roberto Pombo Holguín

Director General EL TIEMPO

CIUDAD

Estimado Roberto:

Muy loable la labor de EL TIEMPO de destacar semanalmente a aquellos arquitectos que han contribuido positivamente al desarrollo de Bogotá. Uno de ellos es Eduardo Londoño. Es necesario, sin embargo, ser más riguroso  en la selección de los proyectos presentados, en este caso los conjuntos de vivienda Timiza y Pablo VI, y el edificio para el Sena en Chapinero.

Los proyectos Timiza y Pablo VI fueron desarrollados por el Instituto de Crédito Territorial cuando el director de proyectos era el arquitecto Gabriel Pardo Rosas y el director de arquitectura y urbanismo el arquitecto Fernando Jimenez Mantilla. El arquitecto Rogelio Salmona dirigió el proyecto de Timiza, y el arquitecto Jimenez el de Pablo VI. El arquitecto Londoño fue un importante miembro del equipo de diseño pero no lo dirigió.

El edificio del Sena en Chapinero fue el resultado de un concurso ganado por los arquitectos Eduardo Angulo Flores, Germán Suárez Betancourt y Jorge Valencia Caro. El arquitecto Londoño no tuvo ninguna participación en este proyecto.

Eduardo Londoño diseñó con su socio Carlos Martínez proyectos de mucha importancia y de alta calidad. Pero no fueron estos tres.

Willy Drews

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Agosto 18, 2010

Dr. Roberto Pombo Holguín

Director General

EL TIEMPO

CIUDAD

Estimado Roberto:

En su columna del sábado sobre el arquitecto Enrique García Reyes menciona que “García participó en la construcción de la Clínica David Restrepo” pero no cita al autor del proyecto, el arquitecto Gabriel Serrano Camargo ( fallecido) de la Firma Cuellar Serrano Gómez. Los edificios son el testigo de la trayectoria profesional del arquitecto y por eso es necesario que en todo momento se reconozca su autoría. No reconocerla genera desinformación y va produciendo una falsa historia de nuestra arquitectura, más cuando se trata de un medio con tanta circulación como EL TIEMPO. Nuevamente le ruego un mayor rigor en la selección de las obras atribuidas al arquitecto que desean destacar, y confirmar, de ser posible con él mismo, su autoría.

Willy Drews

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Bogotá, agosto 18 de 2010

Doctor

ROBERTO POMBO

Director de EL TIEMPO

L. C.

Apreciado Señor Director:

Para los arquitectos colombianos es un motivo de satisfacción que El Tiempo, en su sección Bogotá, que aparece los sábados, dedique una página para exaltar la labor de nuestro oficio como pensadores de la ciudad, ya que pocas publicaciones lo hacen.

Sin embargo, en varias ocasiones, los biografiados aparecen como autores de edificios que no son de su autoría. Por ejemplo, en la publicación del 14 de Agosto de 2010 aparece Enrique García-Reyes  Mc Lellan como autor de la clínica bogotana “David Restrepo” que fue diseñada por el arquitecto Gabriel Serrano Camargo, socio de la firma Cuellar Serrano Gómez. También en la publicación del 7 de Agosto de 2010 aparece Eduardo Londoño Arango como autor del Sena de Chapinero, situado en la carrera 13 con calle 65, que es de mi autoría en colaboración con los colegas Hernando Benincore, Germán Suárez Betancourt y Jorge Valencia, proyecto que fue el ganador de un concurso público nacional en el año de 1965.

La veracidad en los créditos es indispensable para los investigadores, una de cuyas fuentes son las hemerotecas.

Gracias por su atención.

Cordialmente,

ARQUITECTO EDUARDO ANGULO FLOREZ
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Lunes 23 de agosto, 2010

Dr. Roberto Pombo Holguín

Director General

EL TIEMPO

CIUDAD

Estimado Roberto:

La obra de los arquitectos colombianos es a menudo subvalorada y muy pocas veces divulgada. Por eso recibí con entusiasmo la aparición en EL TIEMPO de la columna sabatina GRANDES PENSADORES DE LA CIUDAD, entusiasmo que empezó a desaparecer en la medida en que graves errores y frecuentes imprecisiones aparecieron cada vez más en los artículos, lo cual me llevó a escribir dos cartas aclaratorias al responsable de la columna en las últimas dos semanas (ver anexo) El resultado no pudo ser más ineficaz: La última columna, dedicada el arquitecto Jaime Camacho, fue peor que las anteriores.

El titular afirma que “Construyó en compañía de otro arquitecto…”. Referirse a Julián Guerrero, su socio durante 55 años, en forma anónima como “otro arquitecto” es, por decir lo menos, descortés. El hecho de que solo se mencionan algunas obras hechas antes de 1965 (ilustradas con dos malas fotografías que no tienen nada que ver con los proyectos citados), como si en ese momento el arquitecto Camacho hubiera dejado caer el lápiz; su fotografía de bachiller; y el apoteósico final del artículo con un dato trascendental en la vida del personaje y de indiscutible interés para los lectores como que “vivió en la calle 85 Nª 12-66 y su teléfono era el 367091” me llevan a creer que el artículo es simplemente una burda transcripción de una hoja de vida de hace 44 años.

Proyectos de la importancia y calidad del aeropuerto Palmaseca, el edificio Mazuera, la sede de Carvajal y Cia., la plaza de toros de Cañaveralejo, la sede del Grupo Social y muchos otros no mencionados en el artículo, hacen de la obra arquitectónica de Camacho y Guerrero una de las más reconocidas del País.

Ojalá se encargara de esta importante columna a un arquitecto medianamente informado antes de que su baja calidad le de entierro de pobre. Estoy seguro de que si revisas la columna en mención, compartirás conmigo un sentimiento de vergüenza. En mi caso, ajena.

Cordial saludo,

Willy Drews
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Agosto 24, 2010

Dr. Roberto Pombo Holguín

Director General

EL TIEMPO

CIUDAD

Estimado Roberto:

Quiero por este medio y aprovechando la carta de Willy Drews, manifestarte que estoy  de acuerdo con lo dicho en esta  al respecto del artículo sobre el arquitecto Camacho, que como bien lo expresa Willy entre otras cosas,  ha debido ser sobre la firma CAMACHO Y GUERRERO y no sobre Camacho y otro arquitecto.

Lo anterior me sirve para manifestarte algo que ya le había mencionado a Enrique Santos cuando él estaba en tu cargo, pues considero que el periódico El Tiempo podría mejorar su actitud al respecto de la valoración que se hace de la Obra de los arquitectos colombianos y extranjeros que con demasiada frecuencia y en los pocos artículos que aparecen en el periódico sobre proyectos y temas de arquitectura, no se acredita y valida de manera correcta al equipo de profesionales que los realiza al dar casi siempre preponderancia al promotor o dueño del proyecto y olvidar en muchas ocasiones al arquitecto diseñador por ejemplo.

Considero que la publicación de temas de arquitectura en un medio como El Tiempo, con una mayor frecuencia y cuidado de los contenidos, sería muy valiosa para lograr democratizar nuestra profesión y de esta manera hacer partícipe a toda la ciudadanía de lo que como profesionales estamos haciendo en nuestras ciudades  que al fin y al cabo son nuestra casa.

Recibe un cordial saludo;

Felipe González-Pacheco
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30 de agosto, 2010

Dr. Roberto Pombo Holguín

Director

EL TIEMPO

Estimado Roberto:

El fantasma de la desinformación sigue dirigiendo la columna de Grandes Pensadores de la Ciudad. La columna del sábado sobre Escilón Rodriguez apareció, como es usual, plagada de errores. El primero es que Escilón no existió. El que existió se llamaba Escipión. El segundo es que la foto que aparece del Pabellón de las Máquinas corresponde  al quiosco de la Música de Arturo Jaramillo. El tercero : La foto que aparece como del Palacio de Justicia corresponde, esa sí, al Pabellón de las Máquinas.

Con respecto a la autoría del Palacio de Justicia, se cree que el diseño es del arquitecto Pablo de la Cruz. Sin embargo el arquitecto Jorge Ramírez Nieto considera que en 1933 el arquitecto Pablo de la Cruz hizo el proyecto de ampliación del Palacio, lo cual deja en duda la paternidad del proyecto original de 1920.

Es una lástima que estos errores no solo se sigan presentando, sino que nunca se rectifiquen y el periódico EL TIEMPO, referencia obligada de futuros historiadores, esté escribiendo una falsa historia de la arquitectura bogotana.

Cordial saludo

Willy Drews
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Agosto 30 de 2010

Estimados colegas y amigos:

Esta es la cuarta carta a EL TIEMPO sin ningún resultado. Los muy buenos dedican sus energías a causas nobles: La justicia, la reparación, la libertad. Yo decidí enfilar mis baterías de corto alcance a pecados veniales pero altamente nocivos como la incompetencia y la mediocridad, en este caso referidas a la columna Grandes Pensadores de la Ciudad.

No podemos dejar que a la información sobre la arquitectura y la ciudad se le de tratamiento de tercera. Por esto les pido a la Sociedad Colombiana de Arquitectos y a Ustedes se pronuncien en esta batalla de tigre y burro amarrado.

Cordial saludo

El Burro Amarrado

Willy Drews
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Bogotá, Septiembre 1, 2010

Señor Don                                                                                          ROBERTO POMBO
Director General de El Tiempo

Estimado Roberto:

Si llegara a producirse una columna relativa a los grandes periodistas colombianos y quien la escribiera cayera en errores notables y en inexactitudes de la talla de las que se están presentando en la columna “Grandes Pensadores de la Ciudad”, el gremio de los periodistas de inmediato haría manifiesta su molestia y su sorpresa ante la ignorancia y falta de rigor profesional de quien la escribe.

Supongamos, por ejemplo, que el columnista a cargo de la columna “Grandes Periodistas de nuestra Nación” dijera que el Doctor Eduardo Santos estuvo casado con una señora y que tuvo tres hijos, uno de los cuales maneja un restaurante en Aruba, o que el prestigioso periodista Enrique Santos Montejo, “Calibán”, se destacó porque durante muchos años escribió sobre los firigüelos en las páginas editoriales del periódico, y que Don Fidel Cano, oriundo de Onzaga, Santander, compuso el Himno Nacional. No cabe la menor duda que cualquier profesional del periodismo se sentiría ofendido en sus fibras más íntimas, rechazaría semejante nivel de estupidez e  ignorancia, y de inmediato pediría la suspensión de la columna, cuando no de su autor.

Igual reacción sentimos los arquitectos, estimado Roberto, cuando vemos tantos errores,  banalidad, desconocimiento y falta de responsabilidad en la columna que, durante varios sábados, ha aparecido en las páginas de El Tiempo. Agradecemos el gesto de dedicarle espacio a quienes han sido forjadores de una de las más bellas y reconocidas arquitecturas del continente, pero quedaríamos doblemente agradecidos si se elimina, o si se replantea la forma en que se hace la columna y se asigna la responsabilidad a alguna persona con suficiente criterio y conocimiento para hacerlo.

Recibe un cordial saludo,

Carlos Morales Hendry
Arquitecto

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4 pensamientos en “Grandes pensadores empequeñecidos por El Tiempo

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  3. Enrique Uribe Botero

    Hace muchos años no leo El Tiempo, más o menos desde cuando en una segunda Cruzada o en una reevangelización española, dejaron de repartir carritos y motos a sus lectores para premiarlos con colecciones de camándulas, iglesias, santos y santas, acompañadas de mal veladas, a través de “noticias” del Vaticano, invitaciones a practicar la religión de los dueños del periódico.
    Lo que si no dejaré leer jamás, es cuanto escrito, comentario, libro o similar llegue a mis manos con la firma de nuestro colega Willy Drews, pues son una verdadera delicia y una maravillosa oportunidad de encontrarse con nuestra realidad con humor e inteligencia.
    Las publicaciones y solicitudes de corrección desatendidas a las que nos referimos, podrían producirnos pesar y lástima por la manera cómo ve la otrora gran prensa, o la autodenominada “opinión pública”, nuestro lindo oficio. Y, no faltará el colega (con justo derecho, tal vez) que piense que esto es apenas una muestra de la poca importancia, que tiene la arquitectura en la construcción de nuestra sociedad y el bajo nivel de participación que tenemos los arquitectos en Colombia. Definitivamente no es mi caso, pienso exactamente todo lo contrario. Estoy convencido de que este tipo de publicaciones, acompañadas de actos como los mencionados en mi primer párrafo y múltiples quejas de diferentes gremios y sectores de la sociedad, de la prensa en general y de ese periódico en particular, lo que reflejan no es la pobreza de nuestra profesión, sino más bien la muy baja calidad de esa publicación, (evito deliberadamente escribir el nombre de ese periódico porque me lleva inmediatamente a Hernando Santos C. gran admirador y promotor de la buena arquitectura entre otros, quien lloraría en su tumba si tuviera la oportunidad de saber que esto está sucediendo con lo por él y los suyos construido con tanto cariño y esfuerzo) y la crisis por la que está pasando el periodismo en Colombia.
    Digo lo anterior para manifestar por una primera vez (tenía que haberla… ¿o no?) después de muchos años de leer a Willy Drews mi desacuerdo con lo por él dicho en el sentido de que: No reconocer la autoría de los edificios en esa publicación, “genera desinformación y va produciendo una falsa historia de nuestra arquitectura, más cuando se trata de un medio con tanta circulación como EL TIEMPO.”
    Y, no estoy de acuerdo con esta afirmación porque el tiemo, en el que El Tiempo, era fuente para reconstruir la historia pasó hace ya varios años. Y, en cuanto a que su alta circulación pueda generar desinformación en los lectores, me acuerda de una época en que El Espacio, periódico sensacionalista bogotano, tenía más ¿lectores? que El Tiempo. Pensar que el número de lectores tiene que ver con la calidad de lo publicado, sería como decir que María del Socorro Tellado López, más conocida como Corine Tellado, tendría más respetabilidad que Jorge Luis Borges. Qué sigan diciendo lo que quieran, cada vez menos gente les cree, que es lo peor que le puede pasar a un periódico, todas las torpezas que hagan o que publiquen se les devolverán como un boomerang.

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