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Beatriz Colomina: El espacio doméstico en la arquitectura americana.

La maestría en Arquitectura tiene el gusto de invitarlos a la Conferencia Internacional:

 

Fecha: Miércoles 21 de Marzo de 2012

Hora: 2:30

Lugar: Auditorio Virginia Gutiérrez, Edificio de Posgrados de Ciencias Humanas.

 

BEATRIZ COLOMINA

Arquitecta, historiadora, ha trabajado en las Universidades de Columbia y en la Universidad de Princeton en la escuela de Arquitectura, siendo luego directora de estudios de posgrado. Es fundadora y directora del Programa en los medios de comunicación y modernidad en la Universidad de Princeton, y ha sido nombrada desde 2003 Miembro de la Facultad.

Es autora de numerosos artículos y ha dictado numerosas conferencias en todo el mundo, incluyendo el Museo de Arte Moderno de Nueva York, el Instituto de Arquitectura de Japón, Tokio, el Centro de Arte Contemporáneo y Arquitectura de Estocolmo, y la Fundación Día Art de Nueva York.

Colomina ha sido miembro del consejo editorial de las publicaciones periódicas como de encaje, Dédalo, y Grey Room.También ha recibido numerosas subvenciones y becas, incluyendo el Instituto de Arquitectura de Chicago, la Fundación Le Corbusier, y el Centro de Estudios Avanzados de las Artes Visuales en Washington. Recently, Recientemente, Colomina recibió una beca de la Fundación Graham para su proyecto de investigación «X-Ray Arquitectura: La enfermedad como metáfora».

 

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Arquitectura VIVA 138 – MOSAICO COLOMBIA

Tomado de: REVISTA ESCALA

El que una edición de Arquitectura Viva, la prestigiosa revista Española, este dedicada de lleno a la Arquitectura Colombiana, es síntoma inequívoco de la importancia de las realizaciones arquitectónicas de los últimos años en Colombia  y de que las barreras editoriales de primeros mundos se han flexibilizado y las revistas abiertamente euro centristas han tenido que ceder, al menos un poco, a su pretensión de mirar el mundo solo con una lupa cuyo foco es Europa.

En el artículo introductorio de este número y desde una mirada externa, la transformación que ha vivido el país en los últimos años es vista con optimismo; de una época marcada por el narcoterrorismo  a un periodo reciente donde la acción coordinada de diferentes administraciones y el fortalecimiento de la conciencia ciudadana han permitido un progreso social y cultural.  Se destaca el papel de la arquitectura, entendida como una herramienta cívica de primer orden, en los proyectos desarrollados en Medellín por la alcaldía de Sergio Fajardo y en Bogotá por las alcaldías de Mockus, Garzón y Peñalosa.

Con un sincero panorama, de quien es amigo íntimo de estas latitudes, José Ramón Moreno analiza la herencia  de  la modernidad colombiana en la obra de Guillermo Bermúdez, Fernando Martínez Sanabria y Rogelio Salmona. Conocedor y testigo del desarrollo de la arquitectura Colombiana en por lo menos estos últimos 20 años, Moreno describe una arquitectura colombiana que por un lado respeta sin repetir la tradición moderna y que por el otro se aleja respetuosa de sus premisas.

En un segundo artículo, Silvia Arango analiza el panorama actual del país a partir de  tres regiones geográficas: la costa Atlántica, la zona antioqueña y la sabana de Bogotá, donde las últimas obras construidas, con enfoque social, se polarizan entre  tendencias formales internacionales o la influencia de elementos de la tradición vernácula. Este artículo de Arango, que hace un juicioso y cuidadoso listado de arquitectos y obras, atravesando varias generaciones, muestra sin duda una afinidad de la autora con proyectos donde el contexto es respetado, donde ¨materiales sencillos y populares¨ priman sobre materias primas mucho más elaboradas y costosas, donde la relación respetuosa con la naturaleza es premisa fundamental y donde las soluciones inteligentes priman sobre los artilugios tecnológicos. Interesante de leer resulta esta mirada de quien por más de 30 años ha sido conciencia de la Arquitectura Colombiana, respaldada por su amplio conocimiento del contexto latinoamericano.

Esta por último y antes de pasar a los proyectos, un artículo de Miguel Mesa cuyo desarrollo parece más bien una apología a la Obra de Plan b Arquitectos, antes que una mirada objetiva a las muy jóvenes generaciones que con tanto esfuerzo han empezado a ocupar un importante espectro de la profesión y de las realizaciones en el país. Si bien el artículo de Mesa, trata de estructurar un panorama ¨Under 40¨, en un artículo bien escrito, la falta de objetividad y la permanente e impúdica presencia de la firma Plan b, (firma conformada por sus Hermanos Felipe y Federico) distrae y distorsiona enormemente la conformación de este necesario panorama.

La selección de proyectos se concentra en la capital antioqueña, en tanto se presenta sólo un edificio universitario – obra de Daniel Bonilla- en la ciudad de Bogotá, frente a las infraestructuras deportivas proyectadas por  Mazzanti,  Plan b y  Paisajes Emergentes para Medellín. En espacio público, la propuesta de Ana Elvira Vélez y Lorenzo Castro para el Jardín Botánico y los Proyectos Urbanos Integrales PUI y Metrocable desarrollados desde la Alcaldía de Medellín, por los arquitectos Echeverri, Rodríguez y Montoya.

Como define Luis Fernández-Galiano, editor de la Revista Arquitectura Viva, la Colombia del café, las esmeraldas y las flores es hoy también la Colombia de la arquitectura, donde los proyectos municipales se han convertido en instrumento de regeneración cívica. Pero esta afirmación de Fernandez-Galiano, parece demagogia en la escogencia de los proyectos que representan a Colombia en esta edición. Sin duda nada más ¨internacional¨ que los todos magníficos proyectos de Medellín. Nada más apetitoso para una visión euro centrista, que los globales lenguajes de muchos de los proyectos que han trasformado a Medellín y la han posicionado, con todo merecimiento, en el panorama arquitectónico mundial.

En esta edición, primera y única dedicada a Colombia en 25 años de edición y en 138 ediciones de Arquitectura Viva, no está la arquitectura nacida necesariamente del café, las esmeraldas y las flores que románticamente evoca Galeano. Está sí, una mirada focalizada en Medellín de una Arquitectura que en sus búsquedas ha encontrado su razón de ser en ¨la vanguardia europea¨ cómo lo reconoce con regocijo él mismo y también sin duda en argumentos en donde la regeneración social dan al traste con argumentos que hablen de  Arquitectura, los que por momentos son mucho más deleznables.

En ese orden de ideas quizá es una falta de rigor hablar de Mosaico Colombia, para el título de esta edición, sin duda es un Mosaico Medellín, pues la edición solo en sus dos artículos primeros panea de forma integral al país.

REVISTA ESCALA

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«ARQUITECTURA, REPRESENTACIÓN, FOTOGRAFÍA»

 

 

 

Gianni Braghieri Proyectos 1970-1990

 

Presentación Aldo Rossi

De Gianni Braghieri, quien fue mi alumno en el Politécnico de Milán y mi asistente en el Instituto de Universitario de Arquitectura de Venecia, y con el cual también he trabajado durante muchos años, no puedo hablar más que con admiración y afecto. En estas últimas obras él continúa una investigación que ha seguido siempre con serenidad y claridad: la materia, los colores y la disposición de los edificios están siempre unidos a la misma matriz. Braghieri no conoce las incertidumbres y mucho menos los desequilibrios por más positivos o negativos que sean. Y por esto he hablado de serenidad, como si fuera muy consciente que la verdad se encontrará al final de esta búsqueda.

 

Hablando de él no me gustaría escribir una introducción genérica y prefiero continuar con el análisis de una obra suya. Se trata del emplazamiento del proyecto en Nosedo para el Sistema de Depuración de Aguas residuales. La amplia introducción de caracteres técnicos y de cuestiones ligadas al emplazamiento mismo, cuestiones muy importantes para las grandes ciudades, dan un cuadro, diría yo, completo de las dificultades encontradas, de las soluciones elegidas y de la técnica usada, recorriendo el difícil iter del proyecto desde el inicio hasta su aprobación. Esto resulta casi como un manual que se adhiere a los hechos y es indicativo para otros proyectos de este tipo. Tal es el equilibrio del proyecto entre paisaje y construcción, exigencias técnicas y garantías ecológicas, de modo que la arquitectura del proyecto parece nacer “naturalmente” de este conjunto de factores. Pero la arquitectura, como otra obra del hombre, no nace “naturalmente”: nace más bien de la comprensión y la representación que el arquitecto es capaz de hacer.

 

Es este el sentido de la introducción a la obra de Gianni Braghieri: aquí el arquitecto ha sabido darnos una síntesis de todos los problemas a través de la forma, y con esta la elección de los materiales y, lo más importante, la dimensión. No la dimensión métrica prescrita por el proyecto, sino la dimensión de esta arquitectura que parece trasladada de la dimensión del campo Lombardo, de las filas de arboles, (olmos, moreras, álamos) que desde siglos marcan la tierra de la baja lombardia. Se necesitaría volver a Carlo Cattaneo, “a la tierra impregnada por la fatiga del hombre” para entender la belleza de esta unión entre la arquitectura y la tierra. Y justamente Gianni Braghieri insiste sobre estas bellas tavole, que hemos podido admirar en la Bienal de Venecia, donde la representación topográfica se vuelve línea directriz de lo construido y conjunto con el paisaje. Paisaje donde la granja lombarda emerge como una tipología fijada desde la villa romana hasta nuestros días. En el modelo del emplazamiento visto desde el norte, el arquitecto describe un conjunto de granjas y casas rurales como si fueran un proyecto suyo y de hecho es la premisa de su proyecto.

 

Gianni Braghieri ha estudiado durante muchos años como estudiante y docente del Politécnico de Milán nuestro territorio lombardo y aquí traduce su conocimiento, si se quiere académico, en una construcción concreta. Así nacía la gran arquitectura civil, la arquitectura civil que no tiene necesidad solo de grandes temas pero que se revela esencialmente en la intervención precisa; lo que en ingeniería se llama el “artefacto”, encuentra en la arquitectura una ampliación que lo hace, por así decir, fundamento de la arquitectura misma: el puente, la galería, la calle y también la división del suelo que no es solo de naturaleza topográfica. Viendo esta obra confío en una renovación de la arquitectura civil y sobre todo viendo y también estudiando el “Emplazamiento de Nosedo”, me parece que de esta estrecha relación entre necesidades técnicas y voluntad figurativa pueda renacer esta arquitectura civil, desafortunadamente deteriorada por intervenciones municipales, a menudo manipulada y que no tiene en cuenta la importancia que esa ha tenido para la ciudad y el campo. Es también y sobre todo porque estos lugares entre la ciudad y el campo no deben volverse periferia urbana, sino ser como cremalleras de una planificación diferente del territorio. Con esta arquitectura Gianni Braghieri nos demuestra que una obra en sí modesta y por fuera de los grandes temas de la arquitectura puede y debe ser objeto de estudio y de atenta proyectación. En este caso Gianni Braghieri nos ha ofrecido una solución ejemplar, y ha entendido cómo ameritaba ser tratado el tema.

 

Texto publicado en S. Tringali, R. La Rosa (Curadores) de Gianni Braghieri Proyectos 1970-1990, L.C.T., Módica 1990

 

Gianni Braghieri

 

Arquitecto italiano nacido en Villa d’Adda, Provincia de Bérgamo, Lombardía (1945). Se graduó como arquitecto en el Politécnico de Milán (1970), y empezó a trabajar en el despacho de los arquitectos Giorgio Grassi y Aldo Rossi. Investigador de tiempo completo en el Instituto Universitario de Arquitetura de Venezia (1980), donde obtuvo la plaza para la cátedra de Composición Arquitetónica (1986). Luego fue profesor titular de la cátedra de Arquitectura y Composición Arquitectónica en la Facultad de Ingenería de la Universidad de Palermo (1988).

 

También ha sido profesor titular de la Cátedra de Composición Arquitetónica en la Facultad de Arquitectura del Politécnico de Milán (1991), y profesor titular de la misma Cátedra en la Facultad de Ingenería de la Universidad de Bolonia (1994). En 1999 fundó la Facultad de Arquitectura “Aldo Rossi” en la Universidad de Bolonia, la que presidió hasta el 2005.

 

Ha sido profesor visitante en diversas universidades del mundo, entre las que se cuentan Princeton; la Ecole Polytecnique Federale, Lausanne,Suiza; la Universidad de Siracusa y el Politécnico de Gdansk (Polonia).

 

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