Archivo por meses: marzo 2013

Semper en Castellano

El arquitecto Juan Ignacio Azpiazu, en una muestra de generosidad y tenacidad, se ha propuesto traducir  al castellano, la obra monumental de Gottfried Semper: Der Stil in den technischen und tektonischen Künsten.

 

Reconstrucción de la policromía del Partenón, según Semper

Reconstrucción de la policromía del Partenón, según Semper

 

Originalmente Azpiazu se propuso, con la motivación pedagógica de ilustrar a sus alumnos, traducir algunos apartes del libro en su blog Semper: El estilo, al que fue incorporando textos fundamentales para la comprensión del tema de la tectónica, no traducidos hasta ahora, como es el de Karl Bötticher, terminando por traducir la obra completa, e ir más allá.

Der Stil estuvo escrito solo en alemán,  hasta la traducción del Getty Institute al inglés en el año 2004, habiendo sido, texto seminal en la obra de arquitectos de origen germano, como Loos, Mies, Berlage y Lewerentz  y otros angloparlantes como Wright y  Sullivan que contaron con la fortuna de la cercanía a algunos textos traducidos por  John Wellborn Root.

Para quienes lo contemporáneo es lo importante, hay que mencionar a Herzog & De Meuron y a Zumthor como arquitectos en que la teoría de Semper hace parte fundamental de su quehacer.

Para quienes conocemos la traducción del Stil al inglés, hemos experimentado de la dificultad de su lectura por carecer de muchas de las ilustraciones que se hacen necesarias para la comprensión del texto, Azpiazu, en esta edición en castellano, se ha tomado el trabajo de incluirlas.

Invito a colaborar en este importante proyecto,acompañar al arquitecto Azpiazu apoyando su campaña en Kickstarter, haciendo click aquí.

 

Guillermo Fischer

 

 

 

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Gloria Zea tiene razón

Marzo 12 – 2013

Como lo aclara el artículo de Lucas Ospina en La Silla Vacía, a la sala de cine Los Acevedo siempre se ha podido entrar desde el interior del MAMBo. De modo que responsabilizar a la obra del llamado Parque Bicentenario por la falta de películas en el Museo, no funciona.

Aún si la obra tuviera la culpa, lo grave para el Museo no es haber tenido que cerrar “temporalmente” sus puertas sobre la 26, sino que cuando el Parque esté terminado, estas puertas quedarán peor de lo que estaban. Antes al menos se veían desde allí el Quiosco de la Luz y los árboles del otro lado.

Un proyecto bien concebido se hubiera planteado cómo hacer para que el Museo, la Biblioteca Nacional y el edificio Embajador hubieran quedado como límites del Parque de la Independencia, y para que a éstos se entrara “desde” el Parque.

Un proyecto mejor concebido se hubiera planteado cómo hacer para que estos edificios quedaran «metidos» en el parque, haciendo lo que yo recuerdo haber oído –y visto en docenas de tesis universitarias– desde que empecé a estudiar arquitectura: que el Parque debería comenzar en la 24.

Lo que están a punto de dejarnos –con la colaboración inicial de la Directora del Museo, quien ahora parece que no duerme debido al remordimiento– es un callejón como el que se ve en las fotos del artículo de Ospina. Para quienes se interesen en opinar con conocimiento de causa, es indispensable verlo in situ. Lo que no se puede ver todavía con la misma claridad es la invasión del lado norte del Parque. Sin embargo, si lo que hay ahora parece un elefante, cuando esté terminado será una ballena azul.

Las obras hay que terminarlas y a veces resultan mejores de lo que uno se imagina. Pero para que esto pase, el proyecto debe tener una concepción y un diseño que éste no tiene. Nació autista y autista se quedará.

Aunque a posteriori y sin ningún mérito propio, la Directora del Museo tiene razón: ya que la entrada a cine no se pudo mejorar, demoler el pedacito de carrusel que ve desde su oficina, es la mejor solución.

Lastimosamente, el IDU, Confase y el Ministerio de Cultura tienen mucho de qué preocuparse y no están para pensar en la entrada a una maltrecha sala de cine. Menos ahora que consiguieron el apoyo de Colpatria y su prometida gran Plaza de eventos: un espacio que seguramente tiene un gran contenido social y ecológico, equivalente al contenido artístico-simbólico de la iluminación.

Juan Luis Rodríguez

Estado actual MAMBo (imagen: La Silla Vacía)

Estado actual MAMBo (imagen: La Silla Vacía)

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Las claves de la arquitectura

Marzo 10 de 2013

Toda construcción para la vida humana esta siempre determinada por su
emplazamiento, función, construcción y forma, como lo sintetizó
Vitruvio en su tratado (c. 27 y 23 a. C.), pero también por su proceso
de diseño. Son imperativos, como la “redondez” de una rueda, la que no
se puede suprimir sin que deje de serlo. Y los espacios y muebles ya
están medidos. Solo varían las tallas (la gente ahora es mas alta…y
mas gorda), los estándares (se han impuesto los norteamericanos) y las
costumbres (se come en mesas bajas, “normales” o altas), y  desde
luego están las modas, como cenar en el suelo, es decir…como al inicio
de los tiempos pero ahora con vino.

Ni el planeta ni la especie humana han cambiado fundamentalmente desde
que esta existe. Por eso en arquitectura no hay casi nada nuevo bajo
el Sol, sólo algunos materiales recientes que han permitido otros
sistemas constructivos para vencer la gravedad, diferentes del arco o
dos columnas y dintel (ahora pórticos), pero que son usados mas para
el espectáculo que para mejorar los edificios. Sólo hay muchísimas
variaciones, derivados, combinaciones o reinterpretaciones. Es la
historia de la arquitectura, de la cual se nutre toda buena
arquitectura, o en la que se termina encontrando el “original” de todo
lo “nuevo” que pretende serlo negando su origen.

De ahí que solo evidenciadas estas determinantes básicas sea
pertinente buscar referencias para un proyecto nuevo. Como Ulises, que
amarrado al mástil de su nave y con sus remeros con los oídos tapados
con cera y de espaldas a él, pudo ver a las sirenas mientras gritaba y
hacia gestos para que cambiaran el rumbo, pero al no ser oído ni visto
eso impidió que sucumbiera a su irresistible llamado. Buscar modelos
sin saber por que se busca lo que se busca, conduce al plagio
descarado e idiota de la mera forma, como tanto se ve, aplaude y
premia en estos días y por todas partes, sumiendo la arquitectura -y
las ciudades- en una profunda crisis.

Finalmente, ya establecidas las determinantes del proyecto, o al menos
parte de ellas, no hay que temer comenzar a diseñarlo por un ortoedro
en el que sus caras son rectángulos perpendiculares entre sí (incluso
cuando se los “deconstruye” u oculta con “exteriorismo” para que no
parezcan lo que siguen siendo: paralelepípedos rectangulares). Como un
óvulo fecundado, que en nueve meses es un todo un bebé, todo proyecto
se enriquece al desarrollarlo. Pretender complicarlo de entrada apenas
logra  la apariencia de una falsa riqueza, un inútil enredo o un
espectáculo que pronto se abortará, pues la condición de la moda es,
precisamente, pasar de moda.

Además es necesario pasar la cuchilla de Ockham a falta de argumentos
para escoger una solución u otra, y decidirse por la mas sencilla que
suele ser la mas bella. Es el mismo método que sirvió a  lo largo de
la Edad Media para zanjar las discusiones escolásticas  de los
arquitectos sobre el todo y sus partes (el fuste único del románico
cedió el paso al conjunto de nervaduras del gótico que bajan al
suelo), y que hoy usan matemáticos y físicos pero ignoran los que
prefieren el espectáculo de lo artificialmente complicado o novedoso,
que sufragan sus ignorantes clientes nuevo ricos -que no conmitantes-,
tan necesarios estos como siempre para la buena arquitectura.

 

Benjamin Barney-Caldas

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La Ciudad Equivocada

Así – dice alguien – se confirma la hipótesis que cada hombre lleva en la mente una ciudad hecha solo de diferencias, una ciudad sin figuras y sin forma, y las ciudades particulares la rellenan.

Italo Calvino – Las ciudades invisibles

El POT – Plan de Ordenamiento Territorial-  es un instrumento conformado por un conjunto de normas que pretenden ordenar el territorio y definir la forma física y el funcionamiento de una ciudad, cuyo modelo se ha establecido previamente. Tiene una vigencia de doce años, durante los cuales no puede sufrir reformas fundamentales, y solo cada tres años puede ser revisado para hacer ajustes que no modifiquen su esencia. Esto intenta garantizar que se cumpla como una política de estado a largo plazo, blindada contra los usuales intentos de mutilación y retroceso con cada cambio de alcalde.

El POT vigente para Bogotá, elaborado por Enrique Peñalosa en el año 2002, planteaba un modelo de ciudad que preveía el crecimiento por expansión y por renovación urbana. Intereses políticos han dificultado su ejecución. De las diez Operaciones Estratégicas establecidas en 2004, solamente dos se desarrollaron parcialmente. En este momento la administración Petro – con un esfuerzo encomiable de la Secretaría de Planeación –  adelanta un proyecto de actualización del POT, para presentarlo a consideración del Concejo. La reforma propuesta – prácticamente un nuevo POT -es estructural, pues parte de un modelo diferente de ciudad que, para mí, es equivocado. Las normas propuestas – al momento de escribir este texto-, llenas de buenas intenciones,  me parecen igualmente equivocadas.

El nuevo modelo de ciudad propone densificar el llamado Centro Ampliado desestimulando el desarrollo de la periferia, con el pretexto de disminuir recorridos vehiculares. Sin embargo, el gran tamaño del Centro Ampliado implica necesariamente recorridos internos, y la acumulación de los servicios en esta área, genera más desplazamientos de la periferia al centro por una malla vial que ya está colapsada. Una de las justificaciones para la densificación del centro es que en este sector los metros cuadrados de vías por habitante, son mayores que en la periferia. Lo que no se tuvo en cuenta es que el estudio se hizo con la población residente – los que duermen allí, cuando efectivamente las vías están desocupadas – y no la población flotante que en el día se calcula en un millón y medio, y satura vías y andenes del centro tradicional.

Con el pretexto de simplificar los trámites, – una buena intención – se establecen solo dos tipos de áreas en este Centro con 12 y 25 pisos de altura en promedio. La altura de los edificios en el Centro Ampliado es regulada mediante el mecanismo de exigir cargas urbanísticas proporcionales a la Edificabilidad Máxima – en espacio público, equipamientos o vías – en el mismo proyecto, mediante traslado, o pago en dinero. El desarrollador puede escoger  cualquiera de estas opciones, lo cual quiere decir que la forma de la ciudad y su funcionamiento, serán definidos por los desarrolladores.

Las nuevas normas remplazan las de las Unidades de Planeamiento Zonal – UPZ – que rigen actualmente el desarrollo de cada sector de acuerdo con sus características. Las necesidades y posibilidades de densificación no son las mismas en los distintos barrios del Centro Ampliado y esta generalización de normas dejará en muchos casos la aplicación del POT al criterio y la interpretación de los Curadores, lo cual  – caso rascacielos BD Bacatá – ya se vio que es funesto.

Para reducir el uso del automóvil particular,  – otra buena intención – se incentiva la construcción de edificios sin estacionamientos, que equivale a solucionar la infidelidad vendiendo el sofá. El mínimo exigido actualmente se cambia por un máximo permitido. Si se requiere aumentar el área de estacionamientos, hay que disminuir la misma área en vivienda.  Antes de diez años no se tendrá un sistema de transporte público masivo eficiente – metro – , y entretanto el automóvil particular seguirá siendo un mal necesario. Y a falta de garajes, ocupará vías y andenes.

Se propone mezclar los usos en la nueva ciudad – nuevamente una buena intención – pero no por zonas, barrios, manzanas o calles,- como era de esperarse – sino obligando, lote por lote en cada proyecto de más de 10.000 M2 de área construida, a destinar un mínimo del 35 % del área a vivienda. Por ejemplo, un parque industrial o un matadero con veinte mil metros de área construida, tendría que incluir 700 aptos de 100 M2. independientemente de si el sector es apto ó no para vivienda, o si el costo del suelo lo permite.

Se establece una Edificabilidad Básica de 1 (índice de construcción 1), y una Edificabilidad Máxima variable según el sector. La diferencia entre las dos se llama Edificabilidad  Condicionada, y sobre esta área se tiene que desarrollar Vivienda de Interés Prioritario – VIP – equivalente como mínimo al 20% del área construida, en el mismo proyecto, en otros predios, o pagar al fondo que se establezca. Esto equivale a un impuesto disfrazado que eleva fuertemente los costos y hace inviable la vivienda para estratos 2 y 3.

Un ejercicio consistente en comparar un edificio real de oficinas, construido con las normas vigentes, y un edificio de la misma área construido con las normas propuestas, demostró que este último sería inviable. En esta forma se desestimularía la necesaria participación del capital privado, y se paralizaría la construcción con el consiguiente desempleo.

Un modelo de ciudad deseada es aquel que permita el desarrollo equilibrado de centro y periferia, que descentralice servicios y espacios públicos a las localidades para que cada comunidad vea satisfechas sus necesidades en un radio de acción reducido, disminuyendo – en esta forma si – la necesidad de desplazamiento vehicular; que adelante simultáneamente y en forma ordenada el proceso de densificación y la necesaria adecuación de la infraestructura vial y de servicios públicos, y estimule la inversión en los usos y servicios que la ciudad requiere.

Si el Concejo aprueba el POT como está propuesto,  estaremos condenados a  sobrevivir en una ciudad equivocada e inviable, y a convivir eternamente con los huecos.

Willy Drews
 Sin título

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